"AICLE hace referencia
a las situaciones en las que las materias o parte de las materias se
enseñan a través de una lengua extranjera con un objetivo doble, el
aprendizaje de contenidos y el aprendizaje simultaneo de una lengua
extranjera. " (Marsh, 1994).
"El Aprendizaje Integrado de Lenguas Extranjeras y otros Contenidos Curriculares implica estudiar asignaturas como la historia o las ciencias naturales en una lengua distinta de la propia. AICLE resulta muy beneficioso tanto para el aprendizaje de otras lenguas (francés, inglés,...) como para las asignaturas impartidas en dichas lenguas. El énfasis de AICLE en la “resolución de problemas” y “saber hacer cosas” hace que los estudiantes se sientan motivados al poder resolver problemas y hacer cosas incluso en otras lenguas." (Navés y Muñoz, 2000)
"El Aprendizaje Integrado de Lenguas Extranjeras y otros Contenidos Curriculares implica estudiar asignaturas como la historia o las ciencias naturales en una lengua distinta de la propia. AICLE resulta muy beneficioso tanto para el aprendizaje de otras lenguas (francés, inglés,...) como para las asignaturas impartidas en dichas lenguas. El énfasis de AICLE en la “resolución de problemas” y “saber hacer cosas” hace que los estudiantes se sientan motivados al poder resolver problemas y hacer cosas incluso en otras lenguas." (Navés y Muñoz, 2000)
La primera vez que escuché
hablar de esta metodología, la primera duda que me surgió fue:
“Quién se encargará de impartir estas materias, los docentes
de lenguas extranjeras o los de las materias en cuestión? Si fueran
los segundos, que formación en dicha lengua extranjera han de
tener?” Y la segunda duda fue: “Qué sucederá en
comunidades autónomas como Galicia o País Vasco donde conviven dos
lenguas cooficiales? Cómo afectará al aprendizaje del gallego en
nuestro caso?”
Debo
reconocer, que en un principio no me convenció esta metodología,
pues me parecía realmente difícil que un profesor o profesora de
biología, por ejemplo, con un nivel B1 de inlés, que es el mínimo
exigido, fuera capaz de transmitir al alumnado los conocimientos
necesarios tanto de la materia en cuestión como de la lengua
extranjera a aprender. Las dificultades con las que podría
encontrarse en el aula podrían impactar negativamente en el
aprendizaje de ambas materias. Sí, las clases se prepararían,
pero... qué sucedería si surgen dudas a los alumnos y alumnas?
Tendría las destrezas suficientes para poder improvisar sin recurrir
a la lengua materna?
Por
otro lado, teniendo en cuenta que el uso del gallego no es
mayoritario en muchas áreas del entorno no rural, no afectaría
negativamente al aprendizaje del mismo? No sería más conveniente
impartir estas materias en gallego para asegurar el bilingüismo de
las dos lenguas oficiales?
Yo
estudié EGB en los años 80 y todas las materias, excepto “Lengua
gallega”, que así la llamábamos, eran impartidas en castellano.
La situación ha cambiado radicalmente y las dos lenguas conviven en
las aulas. A cuál de ellas restaremos horas a favor del uso del
inglés?
Una
vez profundicé en la metodología, y viendo que los
estudios de investigación realizados apoyan
firmemente la idea de que los programas CLIL impactan positivamente,
tanto en la actitud del alumnado hacia el aprendizaje de otras
lenguas, como en su competencia lingüística en la
lengua usada para impartir las materias incluidas en dichos
programas, mi opinión sobre el método cambió sensiblemente.

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