lunes, 11 de enero de 2016

Erasmus en el contexto educativo actual

En relación al tema 3: Los niveles de referencia de aprendizaje de lenguas y el desarrollo de competencias, me gustaría hacer una reflexión sobre el programa Erasmus como medio o vía para aprender o perfeccionar una lengua extranjera, haciendo alusión a mi propia experiencia.
En el 2014, el ex-ministro de Educación José Ignacio Wert hacía la siguiente declaración: "Erasmus no es para aprenderidiomas, hay que saberlos previamente", al mismo tiempo que presentaba la decisión de su departamento de exigir un nivel B2 para poder aspirar a dicha beca.
Si este requisito estuviera en vigor en el año 2000 cuando yo solicité la beca para cursar el último año de carrera, Licenciatura en Filología Inglesa, en la Johann Wolfgang Goethe Universität en Frankfurt am Main, esto no habría sido posible, pues por aquel entonces mi conocimiento de alemán era inexistente. Precisamente, la razón de solicitar la beca en Alemania fue la de tener la posibilidad de aprender un nuevo idioma. Las clases en la universidad serían impartidas en inglés, por lo que podría seguirlas sin ningún problema.
Llegué a Frankfurt en septiembre del año 2000, los primeros días fueron muy duros, la juventud, la inexperiencia y el desconocimiento del idioma no ponían las cosas fáciles. Yo creía que el uso generalizado del inglés en Alemania facilitaría mucho la comunicación, pero no fue así. El taxista que me llevó del aeropuerto a la residencia de estudiantes no entendía la dirección debido a mi pronunciación, el conserje de la residencia no hablaba inglés y tuve que explicarle con mímica que el somier de mi cama estaba roto, en la calle no encontré a nadie que supiera decirme si había algún supermercado cerca para comprar comida... Las cosas no estaban saliendo como yo me había imaginado! Busqué ayuda en los compañeros de residencia, realicé todos los trámites legales y busqué una academia para aprender alemán. Las mejores tenían los niveles cero llenos, no había plazas, así que me compré un buen diccionario de alemán que se convirtió en mi compañero inseparable, y busqué en el tablón de anuncios de la universidad estudiantes alemanes interesados en hacer intercambio de conversaciones con estudiantes españoles. Así llegó diciembre y las vacaciones de Navidad. Primera vez que regresaba a España y... Sorpresa! Era capaz de mantener conversaciones en alemán con mis nuevos amigos y amigas para felicitarnos las fiestas!
Cuando regresé a Frankfurt en enero, acudí a la academia en la que me dijeron que en enero tendrían plazas libres, me hicieron una prueba de nivel, pues mi conocimiento del alemán había mejorado y me asignaron un aula con nivel 1.3 en vez del 1.0 que me correspondería tres meses atrás. Esto no habría sido posible sin vivir en el país de la lengua extranjera aprendida. El contacto permanente con el idioma hace que el aprendizaje de éste sea mucho más rápido. El vocabulario se amplía considerablemente ya que a diferencia de los cursos en clases, donde se aprende en base a determinadas situaciones (saludos, clima, familia, vestuario, comidas, etc.), viviendo en el país se aprende en distintos contextos, lo que hará que se desarrollen distintas destrezas: lenguaje de negocios, frases comunes, lenguaje formal e informal... Constantemente se pone a prueba lo aprendido, cada día debes comunicarte o entender lo que te dicen, así que no hay momento en que no debas escuchar, hablar, leer o escribir en el idioma en cuestión.
Por todo ello, considero la beca Erasmus una gran oportunidad para el aprendizaje de idiomas a través de una experiencia internacional única.


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